La novia, la boda y las damas locas: Historia de un abuso consentido

Por Viviana Acosta desde Colombia 

¡Hola a todas! Llevaba un tiempo muy perdida, pero me he visto obligada a romper mi silencio debido a los abusos a los que he sido sometida, por parte de una novia que me ha nombrado su dama de honor...

Somos tres amigas y hace casi un año una dijo que se casaba. Todas felices, todo perfecto hasta que un día cualquiera, la amiga que no se casaba, preguntó a la futura novia porque no incluía en su boda unas bellas damitas de honor, ella quería ser dama de honor y sabía que yo no me negaría. A la novia, los ojos le brillaron, se entusiasmó con esa idea y listo, quedó establecido que esa boda tendría damas de honor.

Pensamos en que solo dos damas no se vería tan lindo en las fotos así que buscamos otra amiga en común, aceptó encantada después de que la novia le solicitara ser su dama; a la voz de boda de amiga, todas caemos como moscas en miel. Nada para hacer, ya éramos las damas de honor y lo aceptamos con honor.

Con esa boda (que aún no se ha celebrado) han pasado muchas cosas. El registro civil de la novia tocó mandarlo a buscar a los confines del país, pues por accidente fue registrada cuando bebe en un sitio que no aparece en el mapa. El novio estaba que se despeluzaba porque no había manera de fijar una fecha, sin papeles no hay boda y se estaban demorando mucho.

Cuando por fin se tuvieron todos los papeles en regla, fueron a la notaría para fijar la fecha, se quería para final de año, pero, fue adelantada DOS MESES. Así que las damas quedamos sin margen de maniobra, ahora tenemos que hacer corriendo los vestidos, no se habían hecho ya que faltaba mucho tiempo y cualquier cosa podía pasar, nos podíamos engordar o adelgazar mucho y demás. El plan era mandar a hacer los súper vestidos, un mes antes. Dado que ya no tenemos dos meses de margen…. ¡Los tenemos que hacer YA!

La novia casi se deprime pues la dama que se inventó el cuento, decidió dejar de ser dama, porque con la variación de fechas, ya tenía un congreso ubicado que se cruzaba con la fecha de la boda. Según ella, compromiso ineludible. Se canceló la corte de honor para la boda. Eso puso a la novia ansiosa y más intensa.

Luego de la cancelación, tomé el dinero reservado para el vestido de dama, y me compré una chaqueta divina y otras cosas. Los días pasaron, la novia seguía intensa, y con ella andábamos en dos mil enredos:  Fechas para envíos de tarjetas, pruebas de vestido, vuelos, tiques, hoteles, citas y cancelaciones de citas para comprar zapatos, ropa interior, la dama renegada que hacia las tarjetas pedía consejos de tarjetas, consejos de textos bíblicos... Una locura.

Ya sin dinero para el vestido de dama, la dama renegada reapareció, diciendo que movieron el congreso y ya podemos continuar con aquello de ser damas. ¿¡QUÉ!? Esa fue mi primera reacción. No me quedaba otra que buscar más plata. Aparte de las pretensiones de la novia, he sido nombrada (sin querer y por inercia) la dama "chaperona", tengo que buscar las telas de los vestidos, los peinados de las damas, los fajones que deben ir a tono con el ramo de la novia (por petición de la novia), más los ramos de las damas.

Como si fuera poco, tengo que contener a la dama renegada que lleva una degenerada por dentro, quiere un vestido medio "putesco" en el que se le vean todas las patas y que, si estornuda, le garantice una mostrada de nalga según ella, mostrando conseguirá marido. Acabará con hipotermia, porque el sitio de la boda es casi un páramo. Bueno, igual algún invitado al verla muriendo de frío, se la mete dentro del saco y salimos de esa boda para programar otra.

Considero que todo esto es un abuso, pero no entiendo porque me encanta. Corro con todo y con todas, con todo gusto y sin refutar, ¿por qué?  Por ese amor inherente que tenemos hacia las flores, la ropa, los zapatos y las amigas, más las ganas de que todo en una boda sea un idilio. Un día escribiré algo que se titule "Diario de una dama de honor. Que trabaja y está casada". Porque sí, aparte de todo debo trabajar y consentir a un esposo (claro, también reclamo mi respectiva dosis de mimos).

En síntesis, si una novia te pide ser su dama de honor, medita sobre mi odisea y luego acepta. Asúmelo con honor y ayúdale a cuadrar su boda lo más bella posible, sin que los gastos se le suban en exceso, y que quede coordinado hasta el más mínimo detalle. Sentirás que alguien abusó de tus energías, pero cuando todo quede bello, te sentirás tan feliz como la novia.


Un beso a todas, ya les contaré como termina todo esto.





CONVERSATION

2 ya son Blogger@s:

  1. wow, paciencia la tuya, yo no se si hubiese podido con tremenda odisea, y al final como salio todo??
    buen post

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  2. Rico que te haya gustado el post. Gracias! La boda aun no se efectúa, aun padezco las correndillas. Luego de la boda les cuento q con eso ;)

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