Cómo detectar y controlar una crisis de pánico

Hace unos días, con mis compañeras de Be Bloggera, nos pusimos a hablar sobre las crisis de pánico y salió al aire que algunas del grupo las han padecido. Comenzamos a discutir sobre la intensidad y las soluciones que habían intentado. ¿Sufres o has sufrido de estos ataques? ¿Sabes qué debes hacer cuando lo estás experimentando? A continuación te damos algunos tips.


Las crisis de pánico son muy recurrentes en la población, se espera que 1 de cada 10 personas la sufran, y de éstas, 3 de cada 4 son mujeres. Lo primero que les digo a mis pacientes, es que no es fácil predecir cuándo les vendrá una crisis y que tampoco hay certeza de por qué suceden, pero sí se ha asociado a períodos de fuerte estrés y pérdidas. Antes de seguir avanzando se deben preguntar de qué estamos hablando.

La psiquiatría la ha definido como la aparición súbita y temporal de miedo o malestar intenso, puede aparecer la sensación de estar en peligro, de muerte inminente, de creer perder el control y ganas de huir. Los síntomas a los que se asocia la crisis son variados, entre ellos puede haber palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de falta de aliento, ahogo o atragantarse, opresión o malestar en el tórax, náuseas o molestias abdominales, mareo, aturdimiento, confusión respecto a la realidad y a uno, escalofríos, sofocaciones y hormigueos o adormecimiento del cuerpo.

Técnicamente, si tienes más de cuatro de estos síntomas entonces se puede decir que has padecido una crisis de pánico o angustia (se ocupa ambos términos para lo mismo). Se ha observado en muchos pacientes que la crisis se incrementa por cómo interpretamos señales personales de ansiedad. Es normal tener cierto grado de ansiedad en nuestra vida, ya que es una respuesta automática del cuerpo que nos ha permitido la sobrevivencia durante miles de años. Por ejemplo, ante un terremoto, nuestro corazón palpita más rápido, incrementando el flujo sanguíneo y así permitiéndonos tener mayor energía ante un eventual ataque o enfrentamiento.

Uno también puede tener respuestas ansiosas ante estímulos más pequeños, a los que uno les puede dar carácter de amenazante, como hablar en público, pedir matrimonio, dar una prueba, etc. Muchas veces los primeros signos de ansiedad son incrementados con algunos pensamientos, como por ejemplo, creer que todos se han dado cuenta del temor que tenemos, creer que perderemos el control o que la ansiedad no disminuirá. Esto provoca más señales ansiosas y puede gatillar una crisis.



¿Qué puedo hacer ante una crisis?

Hay muchas cosas que pueden ayudar, dependiendo en el momento en el que te den. Primero, debes saber que al tener una de estas crisis NO está en riesgo tu vida. Nadie ha muerto de una crisis de pánico. Es importante consultar a un médico para descartar alguna enfermedad o condición médica para tener claridad de que es una crisis panicosa y no otra cosa. Lo segundo es que en algunas personas, para casos más leves, los tips funcionan, pero si las crisis siguen es importante que consultes con un profesional. Como te dije, muchas veces vienen asociadas a estrés, otras a problemas personales, o incluso a otros trastornos que es necesario controlar. Muchas veces es necesario el control farmacológico por un psiquiatra, dependiendo de lo frecuente e incapacitante que se torne.

Dependiendo de donde estés durante una crisis, es bueno que vayas a un lugar tranquilo, te digas que ya va a pasar y comiences a practicar un ejercicio de respiración. Cuando al respirar lo hacemos rápido, corto e inflando el pecho, estamos provocando el aumento de la frecuencia cardíaca y así provocamos señales ansiosas. Por el contrario, si respiramos más lento, profundo e inflando la zona del estómago, bajamos la frecuencia cardíaca y relajamos el cuerpo. Durante una crisis, esta respiración hará que baje tu respuesta ansiosa.

A otras personas les ayuda el poner la atención hacia afuera, por ejemplo, si estás en el metro y no puedes bajarte, puedes contar las personas que hayan con pelo corto, o ponerte a contar otras cosas. Esto es para detener el estilo de pensamiento que incrementa tus respuestas ansiosas.

Es importante considerar que, si bien, esto puede ayudarte a controlar una crisis y a disminuir los síntomas, es importante que consultes, ya que pudiese haber un problema biológico o psicológico gatillando las crisis, por lo que sólo mirar la punta del iceberg pudiese ayudarte para mejorar la calidad de vida, pero no para solucionar la raíz del problema.





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