¡Mi Primera Vez!

Por Ajonjolí desde Chile

Las primeras veces de algo siempre son un tema de conversación que puede tornarse divertido e interesante. El primer beso, mi primer embarazo, mi primer pololeo y, sobre todo... ¡Aquella primera vez!




La mía fue cuando tenía 19 años. Llevaba pololeando ocho meses y había decidido que ese hombre era el indicado para mi “desfloramiento”; o, como bromeo con mis amigas, digno de recibir mi “tesoro”. 

Como es un momento importante los nervios son innegables. Te creas expectativas y sueñas con pétalos de rosas y frutillas de acompañamiento. Y por lo que recuerdo, con lo único que cumplimos fueron las frutillas que no comimos por supuesto. Mi pololo de ese momento se había ganado un pase a un motel de calidad óptima y me había comentado sus ganas de asistir. Claramente que si íbamos no era para ver una película de Disney y menos para tocar guitarra; fue entonces cuando pensé que el momento había llegado. Lo mejor, no me sentía presionada, ¡yo quería!

Le comenté a mi madre (sí lo se, muy pocas lo hacen pero era la única forma de ir tranquila) y partimos esa noche a nuestro nidito de amor alquilado. Lo primero fue la vergüenza. Entré al motel como de incógnito, un esquimal con anteojos de invierno y lo peor, ¡CAMINANDO!

Algo así 


El hombre de la recepción me miraba con ojos de compasión. Siempre represento menos edad de la que tengo y si ahora tengo 28 y me han pedido el carné para comprar cigarros imagínense a los 19. 

Cuando entramos a la habitación mi primer impulso fue (no, no fue desvestirme) oler las sábanas y revisarlas con lupa. El pobre no sabía que hacer. Agarré la ropa de cama, la tiré toda hacia atrás y ahí comenzó mi inspección. Olor a limpio, blancas castas y puras (sí claro), todo en orden. Volví a colocar todo en su lugar y como niño con juguete nuevo me fui a inspeccionar tooooooodo. Los shampoos pequeños, los jaboncitos, las toallas, ¡todo! De repente noté que a un costado de la cama había un espejo del porte de una muralla y ahí me dio pánico. ¿Me vería haciéndolo? ¿Y si no me gusto? ¿Y si me veo gorda? ¿Y si no me muevo con estilo?

Nos tiramos encima (de la cama) y comenzamos a tomar un traguito y comer algo. Luego comenzó lo cariñoso y ¡BAM! Estábamos en eso. Y yo solamente pensaba: “No puedo creer que esté teniendo sexo”. Mi cara de dolor era tan poco motivante que disimular era lo mejor que podía hacer. Al final se tornó rico y comencé a intentar disfrutar. Miraba el espejo y me veía en el acto: ¡Ahhhh no me veo tan mal! ¡Qué sluty me siento! ¡Y esto es! ¡Auch! ¿Y ese espejo se podrá tapar? 

Algo así

Terminó todo muy bien. Yo sentía que por ley debía llorar posteriormente e induje mi emoción... Emoción que me fue robada de golpe cuando me preguntó muy seriamente: ¿Y el condón? Le devolví la mirada con ojos de “te odio” y le contesté: ¡Deberías tenerlo tú! Su cara hablaba por sí sola, él no lo tenía, pero calma debía estar en la cama por ahí. 

¡¡¿¿QUÉ??!!


Tiré toda la ropa de cama hacia atrás (otra vez) y me puse como sabueso a buscar el fucking condón. ¡¡¡No estaba!!! Me quedé helada. Si no estaba en él, ni en la cama… Entonces… ¿Dónde estaba? Y ahí fue que mi vida se detuvo. Pasó por delante una película macabra. Yo diciéndole a mi madre que por ponerme creativa el condón se quedó adentro y por ende debía ir a la ginecóloga a que me lo sacara. Quizás, ¿cuánto tiempo estaría con ese condón adentro? Y la cara de mi madre me daba terror... Mientras yo pensaba todo esto, el involucrado había revisado si lo tenía yo, me había afirmado que así era y me indicaba que lo sacara, pero luego vio que yo estaba en suspensión así que lo saco él mismo y me lo mostró. ¡RESPIRÉ!

Y tu primera vez, ¿cómo fue?





CONVERSATION

9 ya son Blogger@s:

  1. No pude evitar reírme, una situación tragicómica que tuvo un final feliz. Todas queremos que salga perfecto y como en las películas de amor, creo que eso siempre hace que caigamos en nerviosismos y metamos la pata jajaja.

    Yo también metí la pata de tanto nervio, en mi caso fue peor, estaba tan nerviosa que no pasaba nada, estaba totalmente cerrada a lo nuevo (por decirlo de alguna manera) y ahí me pasaron todos los rollos por la cabeza y menos conseguía relajarme, menos mal me tuvieron paciencia y pudimos concretar a la mañana siguiente XD. Me salte varios detalles pero ya me debo ir a hacer clases....

    Besos y se agradece que compartas ese momento de intimidad.

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  2. Me pasó lo mismo que Maca, no pasó nada. Y luego, pensé que era lo mejor quedarme inmaculada o casi, y cuando llegó el indicado, ay Quetzacoalt!!! fue lejos lo mejor de mi vida, con risas y mucha pasión.

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  3. jjajajajajajajaj, q chistoso, no me acordaba q fue asi!!!!!!!!!!!!!

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  4. Jajajajaja!!! Yo tb revisé todo la primera vez que fui a un motel. Te leía y era como verme yo revisando todas las cosas!! Jajajaja!!!

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  5. ajajjaajjajajjaaj, por DIORRRRRRRRRRr que tragicómico, colapse de la risa cuando ¿y el condón? ...¿quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeee? ajajajaj sorry pero me mate de la risa, mmmm la verdad es que no recuerdo mucho mi primera vez???? será muy malo ???? :S al parecer no fue tan especial :)

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    Respuestas
    1. Es tragicomico!!!! rianse no más chicas, estas cosas me pasan a mi no ma =S

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  6. nop, a mi tambien me paso pero en mi caso fue horrible porque el quizas que rollos habia tenido antes que empezo a preguntarme si yo lo habia echo intencionalmente, si acaso queria embarazarme que por qué habia echo algo asi y empezó a cuestionarme; me dio la tontera y lo mandé a la punta del cerro...el no tenía porque saber mi historial amoroso anteriormente asi es que le dije que si desconfiaba asi de mi entonces sería todo...

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