Por La Churro desde Chile
Mi primera pareja sexual era muy
pudorosa y acomplejado físicamente, y dejándome guiar por él, por las comedias
románticas de Hollywood y por mi inexperiencia, creía que el sexo debía ser un
acto de amor inmaculado.
Siempre en la noche, a media luz
(si es que no estaba apagada), bajo los cobertores de la cama. Besos, caricias,
misionero, orgasmo y buenas noches. ¿Qué me pasó en el camino?
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Resulta que mi segunda pareja
sexual era todo lo contrario a la primera (lo pueden comenzar a conocer en “Mi primera clase de sexo”). Era un adorador de su pene; odiaba cuando él me decía
“míralo, si es perfecto: grande, derechito, cabezón y se le notan las venitas”.
A mi pesar debo admitir que sí ameritaba ser el modelo para una edición
de dildos. Él amaba las películas porno y pensaba que el sexo debía ser así:
quería mirar, oler, conocer y saborear cada centímetro, hasta lo más profundo
que sus manos (o lengua) pudieran llegar, pero en aquella época la cosa burda y
explícita me provocaba un gran rechazo. Yo pensando que el sexo debía ser un
acto de entrega de amor, a media luz sobre sábanas de seda, puro y pulcro,
hasta ese momento nunca lo planteé como un goce meramente físico. Y no me
malentiendan, puede ser una entrega de amor, pero como todo en la vida, tiene
matices.
Él siempre me decía “Churro, el
sexo es sucio y así es rico” y yo con mis TOC de limpieza me provocaba un
rechazo aún mayor. Tras varios años de relación y abriendo un poco mi mente,
entendí por qué él hablaba de esa “suciedad” de una manera tan positiva.
El sexo está lleno de fluídos,
olores y sonidos propios que no podemos evitar. Por más que él haya
llegado con rosas rojas y cenaran sushi a la luz de las velas mientras un
violinista tocaba bajo la luz de la luna llena, igual nuestro cuerpo se
lubrica, ellos eyaculan, sudamos, nos llenamos de besos babosos… ¿Acaso es
malo? Simplemente debemos abstraer estas suciedades y alejarlas del sinónimo de
“mugre” y asociarlo al goce del sexo.
Nadie puede pasarlo bien si estás
todo el tiempo preocupado de no emitir ruidos dudosos, o de cómo hueles, o a
qué sabes. Déjate llevar. ¿Hay algo más rico que escuchar ese “squit-scuach” del
roce de ambos genitales húmedos? ¿O sentir tu cuerpo lleno de saliva porque tu
pareja saboreó cada centímetro de tu piel? ¿No les gusta sentir la tibieza del
semen cuando él eyacula en tu panza? ¿Y qué me dicen de pasar días en la cama
juntos sin ducharse para impregnarse de ese olor a desnudez? ¿Saborear la variedad de gustos que puede tener su semen? ¿Y
besarlo apenas te despiertas y lo ves a tu lado, importando más la pasión que
el mal aliento? ¿Han probado la delicia de no bañarte después del sexo para
sentir durante horas ese maravilloso aroma?
Si lo pensamos con la cabeza, todo
puede sonar asqueroso, pero si lo evocamos, lo sentimos, esas asquerosidades
son un deleite. Sí, con el tiempo aprendí que el sexo es más sucio: es cochino,
pegajoso, hediondo, ruidoso, desaseado, mojado… es asqueroso… asquerosamente
delicioso.
Amén my systa!!! oye si, que es cochino es cochino....pero que es rico ES RICO!!!
ResponderEliminarsiempre tan elocuente. toda la razón! viva la cochina! jaja
ResponderEliminarjajaja que viva la coshiná! Así, con "SH" pa que sea más coshina jajaja
EliminarLa Churro siempre me saca una sonrisa, escribe súper y se atreve. Congrats!
ResponderEliminarGracias Belén! Besitos!
EliminarMe encaaaaantaaaaa la cochinaaaa!!!! Si no hay cosa más rica que dejarse llevar. Tan cierto todo Churrito, hay que puro gozarla y ser free.
ResponderEliminarSos... mi I-D-O-L-A. Punto.
ResponderEliminartotalmente de acuerdo, THE BEST.
ResponderEliminarEs verdad todo lo que dices, pero yo no paso de seguir queriéndolo lo más pulcro posible. Desde siempre. No puedo lidiar como tú con todas las cochinadas.. días sin bañarse?? hay cosas que si no las piensas con la cabeza hasta suenan tiernas pero hay otras cosas que en mi opinión exageras.. lejos de lo chistoso que pueda sonar, existen las INFECCIONES y si una persona se orilla a todo lo que dices y lo hace realmente tampoco le parecerá gracioso cuando tenga que tomar antibióticos para curarse. En mi opinión ni un extremo ni el otro: ni la suciedad extrema ni la pulcritud que quite el goce. No quiero criticarte, escribes bien (yo también soy escritora) pero sencillamente no debes opinar por todos. Sigue escribiendo, igual tómalo como una crítica constructiva. Besos.
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