Mi sueño es ser feliz

Si alguna vez quisiste expresar todo lo que te pasaba por la mente en ese momento exacto y no sabías cómo, yo te muestro qué me pasó a mí. La típica situación en que el chico al cual amas te viene con ese trucho planteo de que necesita un tiempo, o "no sos vos, soy yo". A esa situación que aborrezco, le dedico esto:



Hay relaciones que concluyen con la cabeza, que por algún motivo, o mejor dicho, varios, los dos o uno se da cuenta de que no da para más y que hay que terminar. Suele ser ese momento en que la cabeza no para de maquinar y entramos en ese mundo del "no sé qué", una lucha de todos los días. Entonces explotas. Pero lo peor de todo es que finalmente uno no explota. Vivimos con el NO y el SÍ permanente, eso es lo peor. Justo ahí cuando los tiempos aburren y da bronca.


No quise pedirle que se quede. En algún momento de esto extravié mi dignidad, me sentí humillada y perdida.

Decir que no quiero regresar sería como ponerme a dieta y decir que no quiero un helado. Me duele decir adiós, dejar de besar sus labios. Aunque me duele más recordar sus abrazos que no puedo tener ya. Todo lo anterior hace que no quiera dejarlo ir, pero algo me dice que esto es lo mejor para mí, no sé si lo sea para él. En ese tiempo que él pidió, sentí cómo mi corazón se aleja a pasos grandes de su persona, parece que no se resigna a perderlo, pero cada vez se siente más lejos el amor que solía tenerle.

No sé si es costumbre, sentimiento de nostalgia o el amor que solía existir entre los dos, pero no puedo continuar con alguien que duda de quererme.



Quiero ser amada con locura, sin dudas, sin miedos, y sin tiempos. Porque el amor es algo continuo y se cocina todo los días como si fuese el primero. Si no, lamento decirte, no es amor.

Él me pidió tiempo para entenderme, pero a mí sólo vino a confundirme y generó cierto vacío respecto a nosotros. Un nosotros que cada vez se sentía menos propio y más lejano. Pero principalmente, es porque siempre trato de eliminar todo lo que me hace mal, por más pequeña cosa que sea. Molesta, vuela, se borra. Lo primordial siempre es tratar de pulir la felicidad de cada uno para estar en el punto maximo de la felicidad todo el tiempo.

Hay que entender que el mecanismo, si era malo, tiene que ser diferente. No es buscar a Dios solamente, es encontrarse a uno mismo,  tenerse. Hay que decirse y convencerse que uno hizo todo lo que estuvo a su alcance, que no hubo equivocación alguna, y nada estuvo mal. De esta manera, uno encuentra la paz por uno mismo, por más que duela.





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