Taylor Swift y el doble discurso de artista

Han pasado semanas de la pelea que tuvo Taylor Swift con Spotify, uno de los servicios más grandes de música gratuita en Internet, pero parece que lejos de haber terminado, el tema del arte versus lo comercial, recién se está poniendo sobre la mesa.


Para contextualizar, el tema es el siguiente: Taylor Swift decidió quitar toda su música de Spotify bajo el argumento de no sentirse lo suficientemente compensada, ni ella ni su equipo de producción detrás, cree que la música debería valorarse y por ende ser pagadaAhora, está bien, entiendo que los músicos y los artistas en general deben ser compensados por su arte y que al final del día también tienen que pagar cuentas y echarle algo al pan, pero esto es un poco cínico si viene de alguien que en la actualidad es una de las artistas más millonarias y ricas del mundo de la música (su más reciente disco vendió 1.28 millones de copias).

El tema es un poco más complejo de lo que pensamos. La industria de la música ha cambiado bastante a lo largo de los años:  la digitalización ha hecho que tiendas de música y sellos discográficos cierren, la piratería se ha transformado en algo cada vez común y ahora, Internet es una plataforma crucial para los nuevos artistas. Frente a las nuevas (no tan nuevas) circunstancias de esta industria y, con mi alma pop en pena por la caída de Swift, una de mis heroínas "teen", necesito cuestionar cuál es el fin del arte para un artista, sobre todo para ti Taylor Swift —sí, a ti te hablo—.

Para mí el arte es algo sublime que va más allá del trabajo inconsciente que hace el común de las personas, es el trabajo con un significado mágico, es una comunicación trascendental y tan poderosa que puede hacer vivir a un artista eternamente como puede reflejar y unir culturas. Cuando leo que una cantante multimillonaria quita su música de un servicio "gratuito" gratuito entre comillas porque aunque sea gratis, los artistas reciben un porcentaje cada vez que sus canciones son reproducidas para sus oyentes y dice que la gente debe pagar por su música y que además las canciones deben consumirse como un álbum completo, no como "tracks", pierdo fe en la humanidad. Si su discurso, bastante cínico, tiene como propósito defender a los artistas emergentes a los que sí les afecta el consumo gratuito de la música. ¿Por qué no aprovecha su voz o sus millones, para dar a conocer nuevas voces de la música? Tal vez esas voces tengan más talento que ella y no disfrutan de las mismas oportunidades que ella tuvo. ¿Por qué no solidariza con colegas de su medio para crear una discusión más democrática sobre este tema?

El asunto es que al final y lamentablemente, Taylor Swift es una artista comercial más. No hace música porque quiere hacer arte, no hace música para que la escuchen, no hace música para representar una generación, hace música para ganar plata: el vicio del mundo occidental. Comparemos las concepciones y el fin de la creación del arte de los artistas norteamericanos con artistas latinos, hindúes o etc.

Otro punto, Swift cree que hoy, en el 2014 iré a pagar a una tienda de discos o por Itunes, de 5 a 12 mil pesos chilenos por un disco de una artista que escucho, pero no es mi favorita,  gastando así no solo mi dinero, también minutos u horas de mi tiempo... Vivimos en siglos diferentes. Si dije anteriormente que la industria de la música cambió es porque de verdad cambió, para quienes hacen música como para quienes la compran. Ni siquiera recuerdo la última vez que pagué por un disco, no es porque no sea melómana o porque sea tacaña, es porque en verdad ese ya no es el comportamiento del cliente del negocio de la música. La gente ya no realiza este rito, excepto los "hipster" o nostálgicos que están rescatando los vinilos.

Si tanto cree en su influencia en esta industria, ¿por qué no arma dignamente un debate y trata de cambiar el negocio? Está claro que en estos tiempos, la gratuidad de la música es un hecho. Una cosa es comprar discos y canciones que te marcan de por vida y otra es comprar música que llena el silencio del día o sirve como música de fondo para matar el tiempo. Para mí, la música de Taylor Swift es disfrutable pero no vale la pena pagar por ella, no quiero decir que es mala, solo que no vale mi plata.

Siguiendo la línea comercial, la mayoría de los músicos producen sus discos independientemente, no en sellos discográficos. De hecho, uno de los grandes giros de Internet, que permitió que cambiara el proceso de producción y difusión de la música a finales de los 90's y principios del 2000 fue la plataforma MySpace. Con este ejemplo, claramente la plata y por ende el éxito no llega necesariamente de la mano de los grandes presupuestos  que dan los sellos a los músicos. Se olvidan además de los conciertos y giras musicales que en países como en Chile los precios son el doble o el triple que en otros, culpa también de algunas productoras de eventos. Quizás si pudiera pagar una entrada a precio justo para un concierto tuyo (y no sobre el precio justo como en Chile) podría comprar tu disco, majestad...

Me quedo con la opinión de Dave Grohl de Foo Fighters: Lo importante es que la música llegue a la gente, "escuchar la maldita canción".

Los artistas con carreras consolidadas no deberían fijarse en el precio de sus canciones, su prioridad debería ser abrir nuevos accesos para difundir el arte. Me fallaste Swift.






CONVERSATION

1 ya son Blogger@s:

  1. ¡Demasiado hipócrita la tipa! Se ven demasiadas cerdadas industria musical para con los artistas y para con el público... ¿Vendemos menos discos? Pues subimos un 40% el precio de las entradas a los conciertos. ¿Este artista promete? Pues vamos a contratarlo para quitar su disco del medio, así no le robará ventas a nuestras estrellas en las que tanto hemos invertido.

    No sé la voz de quien pretende ser esta mamarracha, en serio, si lo que quiere es vender discos completos, tiene dos opciones, publicar un álbum de culto o sacar EPs. Para su caso más me pega la segunda opción. Vamos a ver, si buscan que la gente compre discos completos, ¡SE LO TIENEN QUE CURRAR! Deben brindar calidad de la primera a la última canción y encontrar fórmulas para provocarnos el deseo de comprar sus discos, mira Cody ChesnuTT, el muy genio va y te hace un álbum donde cuenta una historia completa donde las canciones son como los capítulos de un libro.



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