De sola a Soltera: Día de bricolage

"Lo bueno de tener un hombre en casa es que te arregla las cosas"

¿Cuántas amigas casadas o en pareja has escuchado decir esto? Muchas, ¿verdad? Manual de como sobrevivir al día del bricolage, ¡sin morir en el intento!

fuente: visualphotos.com

Cuando fui soltera, una de las cosas que me hizo más felíz fue comparme un taladro. Sí, como lo leen, un taladro. Pensar en que gracias a ese aparato no precisaría ni esposo, ni padre, ni hermano que me colgara un cuadro, pusiera un estante, o atornillara un mueble (porque sí, atornilla y destornilla), fue la más grande liberación femenina desde 1960 y las minifaldas.

Muchas solemos entrar en pánico cuando tenemos un cortocircuito, nos mudamos y tenemos cuadros para colgar, o si simplemente queremos hacer una redecoración y no sabemos cómo perforar la pared.

Por ser sólo dos hermanas, mi padre nos enseñó hacer "cosas de hombres" a ambas. Por ende, puedo hacer una instalación eléctrica básica, me las arreglo muy bien con la carpintería, la albañilería y el bricolaje en general. Y cuando tu marido es un ejecutivo de "pe a pa", les garantizo que es más que bienvenido.

Si eres como yo, de las que detestan pagar fortunas por un arreglo elemental, o peor, que te vendan humo diciéndote que tienes que arreglar todo, desde la central energética del país hasta la bombita del dormitorio, por supuesto para cobrarte millonadas, este post es para ti.

Google lo sabe todo: sin duda, cambiar el cable de una portátil, fabricar una extensión eléctrica o colocar un estante en la pared, dista mucho de ser física cuántica. Por ende, puedes encontrar en múltiples páginas tutoriales sencillos de cómo hacer estas cosas.

El comerciante de la casa de bricolaje, tu nuevo mejor amigo: una vez que tengas pronta tu lista de productos a comprar y vayas a la tienda acorde , pídele asesoramiento al comerciante. Seguramente él conozca más del ramo que tú y pueda ayudarte a decidir qué cable irá mejor o qué tornillo se ajusta a tu necesidad.

Pierde el miedo: cuando encendí por primera vez el talado pensé: lo peor que puede pasarme es que el hueco que haga llegue al departamento de al lado. Pero no, nada de eso pasó, no me provoqué una herida en la mano, no le taladré a cabeza al vecino de al lado, ni vino el apocalipsis zombie.

La emancipación bricolagera, por así llamarlo, es de las cosas más útiles que aprendí y llevé a la practica siendo soltera. Porque las cosas de hombres no son tales, y te aseguro que si el perro es el mejor amigo del hombre, el taladro puede ser el mejor amigo de la mujer.

¡Ahora no tienes excusas!
¿Cuál es tu próximo proyecto?





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