Hoy quiero ser Ramona


Recientemente vi "Ramona and Beezus", una película de una niña de 9 años que se destaca por sus travesuras, imaginación, curiosidad y autenticidad. Me recordó esa chispa tan propia de los niños, y que muchas veces perdemos en el camino por diferentes motivos. Gracias a Dios, la niña interior se guarda como un tesoro que espera ser redescubierto cuando nos demos la oportunidad de entrar en contacto con ella. Cuando iniciamos el viaje.
Pero como todo viaje, requiere de obstáculos. Las heridas, las pérdidas. Nuestra historia de infancia. Qué importante mirar hacia atrás, mirarse hoy, pedir perdón y perdonar. Sólo así se encuentra el tesoro.
Reconectarse con la creatividad, con el encanto de romper las reglas, con la magia, la confianza. Volver a preguntarse y salir a explorar el mundo. Contagiar a otros la alegría. Sonreír al dibujar. Abrazar a papá. Jugar. Disfrutar de un rico helado. Hay tanto para divertirse...


En este sentido, creo que hay una cierta tendencia a infravalorar las características de los niños, siendo consideradas inadecuadas, inmaduras, fantasiosas, etc. No obstante, muchas veces la mirada de un niño resulta rescatable, pudiendo sorprendernos cuando escuchamos algún comentario, que por ser "inocente" despierta risas, vergüenza, hasta a veces espanto. "Eso no se dice"- solemos responder (y que también escuchamos cuando éramos niñas). Pero en el fondo, muchas veces se nos mueve algo y hasta quisiéramos atrevernos a decir algo así, o hacer algo que desde una postura adulta, resulta "inadecuado".


Cuando yo era niña y llegaba una visita a la casa, para mí desconocida, yo jugaba a esconderme debajo de las mesas y observar desde ahí lo que ocurría entre los adultos. Naturalmente, era considerada una maleducada. Para mí era divertido y creo que de alguna manera me hacía sentir protegida. Con el tiempo, y producto del proceso de socialización, abandoné ese hábito. Sin embargo, a veces siento ganas de volver a jugar a esconderme, sobre todo cuando estoy en presencia de alguien que me da "mala espina" y mi guata me anuncia que es mejor protegerme. Siento que en esos momentos me cuido a mí misma, escuchando esas sensaciones con las cuales estaba muy conectada en mi niñez, y que resultan muy útiles en determinadas circunstancias ¿Nunca han sentido esas tincadas? Es importante escucharlas.


En el fondo, sigo jugando, sólo que ahora puedo agregarle palabra, significado. Creo que nunca dejamos de jugar, y que cuando lo olvidamos, perdemos parte de lo que somos. Porque somos mujeres, pero también niñas.

Es por eso que proclamo
, hoy quiero ser Ramona.






ps: les recomiendo la película, a mí me encantó





CONVERSATION

2 ya son Blogger@s:

  1. Que buena entrada, que cierto esos sentimientos que expresas, a veces si me dan ganas de volver a ser niña, pero suelo tener comportamientos muy infatiles e inocentes a pesar del mundo considerarme una persona seria, para los que no me conocen a fondo no pueden ver mi lado ludico e infantil, que a veces suelo hacer cagarse de la risa a alguien con mis tonteras.

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  2. Ayer vi la película, me gusto mucho me dio mucha nostalgia, XD

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