Histeriquismo Femenino: La Primera Cita


Por Ajonjolí desde Chile

Hay algo que no podemos negar las mujeres. Es un comportamiento que resulta inevitable en contadas ocasiones. Es esa sensación provocada por una situación o persona que hace que comiences a gritar y correr en círculos, mientas giras la cabeza en 360°. Si mis bitches… es nuestra HISTERIA.


Para mí es un disfrute. La lectura que le entrego a este estado es netamente de ÉXTASIS. Las mujeres vivimos a concho todo. Cualquier situación la sentimos dentro de nuestras células y por sobre todo en nuestras entrañas. Es como cuando te cuentan algo escalofriante y se te eriza la piel, pero que puede llegar a acciones insospechadas. Es decir, nuestro histeriquismo va desde una simple sensación dérmica hasta llegar a ser digna de internar en el Open Door (Psiquiátrico). 

Ah, lo olvidaba… podemos llegar a este estado bajo una circunstancia positiva, neutra o negativa… Las mujeres somos pura sensación.

Mi favorita es la que se produce bajo la tan ansiada, temida e idealizada PRIMERA CITA. No hay histeriquismo más bello que este y acá es cuando damos rienda suelta a todas nuestras bipolaridades. Somos todas las mujeres en una, para finalmente ser nosotras mismas. ¡Bello!

A propósito de… nada (no puedo contarles, es una situación que vivió una de nosotras y lo más probable se enteren pronto por este mismo medio).

A propósito de la vida, me acordé de las sensaciones de histeria que tuve en mi primera cita con Tempura (que está volviendo a ser mi Ajonjoló), y las tonteras que cometemos son tan ridículas que llegan a producir un grado de ternura… espero.

El primer síntoma de histeria cuando conoces a un muchacho es darte cuenta que has caído en sus redes. Baboseas con solamente acordarte de ese día, de cómo andaba vestido, de lo que hablaba y en vez de ponerte el babero lo niegas. 

“Naaaa si no era tan guapo”. “¿¿¿Por qué estoy pensando en el???”. “Nooooo, si no me gusta… solamente te comentaba”. “Oye Juanita, y ese amigo tuyo que estaba en la fiesta, ¿qué onda él? ¿Qué hace? (…) No, no es que me haya gustado, es para saber, como ando en esto del proyecto X, es solamente para ver si me sirve de contacto”.

Excusas a nosotras nos sobran.

Una vez asumida que de las 24 horas te acuerdas de él 23, viene THE REAL HISTERIA. El psicopateo por Facebook, ver las fotos que tiene con el amigo en común, intentar averiguar info en Google (así como para saber si aparece en acciones de dudosa reputación), total Google todo lo sabe y si no, lo inventa. Y empiezan las preguntas: “¿Y si lo agrego?”, “¿y si lo agrego y no me acepta de amiga?”, “¿y si etiqueto a mi amiga en una foto? ¡A lo mejor me ve y él me agrega!” ,“y si…”. Mientras tanto el susodicho en su casa pensó en ti quizás la misma cantidad de horas, se tomó una chela (cerveza), jugó Play (ahí no se acordó de ti) y después se metió al computador. Entró a su Facebook y te busco como amiga. “Agregar como amigo” y click. ¡Listo!

¡Los hombres son tan simples que me produce envidia!


Te llega su solicitud de amistad a tu celular -porque gracias a la tecnología puedes ser babosa y psicópata desde cualquier lugar del mundo- y cuando recibes esa notificación estarás en situaciones donde tu reacción te haga lucir tarada, por ejemplo cena familiar, lugar público. 
Cuando lees: Tempura te ha enviado una solicitud de amistad. Tu cuerpo reacciona. La panza dio un vuelco en 360°, lo que comías hace un minuto lo quieres expulsar. Tiritas. Te ríes nerviosa. Y lo único que quieres es contarle a alguien, así que si vas en el autobús miras al caballero sentado a tu lado con ojos grandes y una sonrisa macabra. Él, por supuesto, te sonríe nervioso pensando: “¿Qué le pasa a esta loca? ¿Me querrá asaltar?”.

Antes de aceptarlo te acuerdas del libro que una amiga te recomendó cuando habías terminado con tu ex. “Por qué Los hombres aman a las cabronas”. Y decides que es lejos lo mejor poner en práctica algunos tips que ahí enseñaban. Así que, aunque te sangren las manos por aceptar, guardas el celular y lo dejas en espera. Cabrona, súper cabrona. ¡Boludeces!

Lo cabrona te dura lo que dura un suspiro de hormiga. Abres el celular y lo aceptas. Sigues con la sonrisa del Gato de Alicia en el País de las Maravillas pintada en tu cara. ¡Macabra! ¡Esa sonrisa debería estar prohibida por ley! Y, obviamente, te metes a verle hasta los intestinos en el maldito Facebook.

Pero todo esto va acompañado de lo que tu cabeza hace paralelamente: “¡¡¡Me agrego!!! ¿Le habré gustado? Sí, yo creo, porque si no, ¿para qué me agregaría? Quizás como él es empresario necesite que le cotice algunos productos de mi empresa, sí, debe ser eso. ¿Por qué le gustaría? ¡Pero si quisiera cotizar le hubiera preguntado a mi amiga! ¿Tendrá polola? (novia)”. Así por horas.

Si crees que eso es todo, te aviso que lo peor está por venir.

En mi caso fue un mensaje por mi cumpleaños. Lo conocí en la celebración de nuestros 27 años con mi mejor amiga y él era uno de sus invitados. Como lo celebramos anticipado, mi cumpleaños originalmente era después de dos días y esperó hasta ese momento para dejarme un mensaje de saludos en mi muro que decía algo así: Feliz cumpleaños, bla bla bla, ¿cuándo nos pegamos otro bailoteo? (bailamos toda la noche en la fiesta). Morí. ¡¡¡Morí!!! Morí, resucité para disfrutar el momento, leí la frase una vez más y morí otra vez.

En fin, cuando entablan la primera comunicación no formal es una montaña rusa de emociones. Entre que comes y vomitas. Estás tan ansiosa que acompañas el chateo con algo para comer, pero es cosa de que él te diga alguna frase sugerente para que lo vomites todo y no quieras probar ni agua. Lees entre líneas y dudas de lo que entiendes. Te pones coqueta al máximo y juegas con lo que escribes. Él responde al coqueteo y ahí es como tener un orgasmo sin necesidad de tener sexo. Es otro tipo de orgasmo... es como un orgasmo del corazón.

Ahhhhh!!! Gritas, no me vengan con cosas, siempre gritamos. Mientras hablan y salen cosas, ¡una GRITA! De emoción pues, lógico. Y si estas compartiendo esto con alguna partner, la tienes al tanto de toda la conversa. Incluso haces copy paste de lo que él te escribe. Todo para que tu amiga te diga lo que quieres escuchar: “Si weona, le gustaste”.

¿Cuándo es el minuto en que una reacciona lista para empezar a usar camisa de fuerza? Cuando quedan en salir. ¡Colitis de una! Al baño derechito. ¡La emoción es tal que tu colon explota! (Ok no en todos los casos, en el mío no fue así. Pero cuando hablamos después del quiebre sí, una vez. Me imaginé que quizás eso sienten los perritos cuando se hacen pipi de felicidad).

Eligen el lugar, la hora y el día. Ahora vienen unos cuantos minutos más de histeria frente al closet. Planeas que vestirás desde el momento en que te propuso juntarse. ¿Qué le digo? ¿Cómo lo saludo? (incluso actúas posibles "Hola") ¿Si no le gusto? Y si se me insinúa, ¿lo beso?… preguntas, preguntas… las mujeres somos solamente preguntas.

Llega el día. ¡¡Mal!! Si pudieras convertirlo en feriado nacional irrenunciable, ¡lo harías! Feriado por PRIMERA CITA. Maravilloso. Si no tienes que trabajar, te despiertas muy temprano. Si tienes que trabajar, el despertador no alcanza a sonar y tú ya estás revisando mensajes en tu celular. Obsesivas las weonas. Te duchas y te jabonas hasta el ojo, para que brille. Cantas de todo incluso románticas. Esta vez sí está permitido Luis Fonsi. Lo haces idealizando la salida y el futuro. Porque una como que se proyecta sin querer hacerlo. Te secas el pelo con fanfarrea, es decir, brushing, plancha, cremita para la punta, el fijador… todo. Y llega la hora de vestirse. ¡HORAAAAAS frente al armario! Te colocas faldas, pantalones, leggins, pitillos… combinas todo lo que puedes. Y finalmente sales con el atuendo que siempre te lanza al estrellato, ese que nunca falla, que viene listo como por ósmosis.

Foto sacada de Internet

Te llama. Quiere coordinar bien la hora, lógico. No quiere quedar esperando. Práctico. Tú no le contestas, ¿por qué? Porque el libro de las cabronas decía que al primer llamado no hay que contestarlo. El volverá a llamar. Y luego debes responder al tercer ring. Llama nuevamente, decides que hay que dejarlo esperando un ring más y cuando va en el cuarto decides que es el momento de hacerlo, el cuelga, obvio, se aburrió. Y quedas con cara de póker mirando el celular porque lógicamente volverá a llamar. Pasan 10 minutos y no lo hace. Lo llamas tú. Cabrona la weona. Uufff suuuper cabrona.

Quedan en juntarse. Y ahí ensayas tu espera (si es que debes esperarlo) o tu entrada (si es que él ya está ahí). Saludo casual, amorosa, distante, seria… CABRONA obvio, no falta loquilla, de todas las personalidades que nos pidan. ¿Bipolar? No para nada.

Se juntan. Lo ves y el corazón se paralizó. Es como si dejara de bombear y piensas que no es un buen minuto ni para desmayarse ni para morir. Sonríes nerviosa y juegas con tu pelo. Pero no sensual, no coqueta, media maniática. Síndrome maniático obsesivo compulsivo. Él se ve más relajado que la tortuga de Nemo y tu más tensa que monja con atraso. Se saludan y comienza la cita. Finalmente te das cuenta que la química es tal que puedes dejar en la cartera a La Cabrona, La Maniática, La Light, La Top, la que sea y ser tú misma. La cita termina donde quieran terminarla, no hay reglas, no hay peros… solamente ustedes.

Un abrazo a todas las que están viviendo la primera cita, ¡¡¡es lejos LO MEJOR!!!





CONVERSATION

8 ya son Blogger@s:

  1. Amiga, declaro:

    - Desde el 2005 que no siento histeria casi de ningun tipo

    - Soy fría como piedra

    -Te fuiste en la voladita y me parece awesome

    Y a propósito de...eres muy muy jajaja.

    No puedo comentar más porque hace días que no duermo y ya no pienso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que vuelva el histeriquismooooooooooooooooooooooooooooooooooo! es beeeeello y anda al tuto!

      Eliminar
  2. Ajonjolí, me has sacado risas con lágrimas mientras leo tu entrada...no sabes como me he reído (sobre todo de mi misma)
    Ay Dior como dice la Pops...me siento 100% identificada con tu nota :P, un abrazo linda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajaja que bueno que se ha divertido con el relato. esa es la idea, reirnos de nosotras mismas =)

      Eliminar
  3. jajajajajajajaja!!!!
    No lo puedo creer!
    pero es lejos, lejos el mejor momento, créeme que lo atesoro en mi <3

    ResponderEliminar
  4. Jajaja. Q risa! Si me ha pasado. Solo que la primera cita está por venir y NERVIOS! :P muy buena entrada!

    ResponderEliminar

Todo comentario que no tenga relación con el post o sobrepase los límites de la libre expresión, será moderado y no saldrá publicado.

Back
to top