Por Tania Yesivell desde Honduras
Hace rato que no les comento ninguna lectura. Hay que remediar eso.
El libro del que quiero hablar fue escrito por Ever Martínez, un compatriota que además de una considerable cantidad de relatos, ha creado la novela llamada "El hijo bastardo del diablo", hablar de ella más adelante.
Pero hoy me ocupa su obra "El juez se hizo humo y otros cuentos", una colección de relatos que me dejó encantada. Por lo general soy muy quisquillosa con esos temas, pocos libros he leído así. También anduve dispersa en muchas cosas, sin embargo, fue un gusto leer cada uno de los relatos.
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El Juez se hizo Humo y Otros Cuentos, es una colección de relatos que trasuntan una simbiosis de realismo con un pespunte de creatividad ficticia, certeza estética que define un estilo original y peculiar. Cada historia abre la rendija de la conciencia humana, sus personajes discurren en un encontronazo existencial. Esa frase límpida, esa riqueza imaginativa nos lleva en viajes desbocados al trasfondo de las conductas del ser humano. Vigorosidad, cadencia, ritmo y prontitud en el remate sorpresivo que nos da de golpe cada relato. El Juez se hizo Humo y Otros Cuentos rompe la catarsis, nos deja andar, huir detrás de la madeja de tramas, argumentos que nos dejan sensibles, extraños y, más que todo, la sabrosura de volverlos a leer por su imaginería acertada en el arte de contar en una época plagada de velocidad y de nervios tecnolátricos. Sus relatos nos sumergen en un iceberg de situaciones interesantes; nos atrapan con el temperamento acucioso de soslayar las virtudes y mitos de la humanidad en plena de decadencia.
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Los cuentos incluidos en este libro están asociados entre sí por la región, por algún personaje, pero sobre todo, por un aire de cotidianidad que puede ser más fácil de percibir para quienes conocemos algún sitio que se asemeje a “El Recodo” y demás poblados en los que ocurren los eventos de cada relato.
Siendo un libro con historias diversas, yo debería abstenerme de entrar en mayores detalles y limitarme a generalidades. Por ejemplo, pude notar que los relatos comparten un estilo y una ambientación que, para el lector que desconoce los lugares descritos, es una oportunidad de hacer un viaje turístico, y para quienes los conocen, bien podría ser como volver a casa.
Más allá de ese factor común, cada cuento trae su propio valor, su propio encanto, a veces de la mano de la tragedia y otras del romance.
Con todo, me atreveré a comentar un poquito sobre el relato que da nombre a todo el libro: trata sobre un hombre que puede estar paranoico o tener una notable capacidad para percibir los planes perversos que traman sus enemigos (pero no les diré cuál de las dos es la verdad). Va del deber a la fuga y de regreso, sumerge al lector en las preocupaciones y estrategias de alguien cuya realidad solo conocemos por lo que él mismo nos cuenta. Y mejor no digo más.
Algunos de los cuentos se alejan, tanto como es posible, del suspenso y conflicto que fluye en el relato principal, toman caminos más tranquilos y, quizá, más felices. Otros dejan un sabor de tristeza o nostalgia.
No se imaginan lo que me cuesta no empezar a comentar más de lo que debo, así que mejor lo dejo aquí. Después de todo, pueden obtener el libro en Amazon cuando gusten.
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¿Quién de ustedes lee relatos realistas? Denle una oportunidad a estos, así conocen un poco de la literatura hondureña.
Se ve muy interesante este libro. :) gracias por informarnos
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