Por Amal desde Chile
La semana pasada compartí con ustedes un caso de la vida real, sobre un padre que no podía ver a su hijo debido a la obstaculización del vínculo que realizaba la madre. Si no la pudieron leer, les dejo el link de mi nota Amor de Padre.
La semana pasada compartí con ustedes un caso de la vida real, sobre un padre que no podía ver a su hijo debido a la obstaculización del vínculo que realizaba la madre. Si no la pudieron leer, les dejo el link de mi nota Amor de Padre.
Esta semana obtuvimos una sentencia a favor de un padre que no podía ver a su hija de 6 años porque la madre buscaba evitar el contacto entre padre e hija. Ellos contrajeron matrimonio y aproximadamente a los 3 años de que nació la niña, por múltiples desavenencias personales, se separaron, desde esa fecha que el padre sufrió enormemente para poder ver a su hija.
La forma de obstaculizar el vínculo que la madre utilizó fue realizar 4 denuncias por violencia intrafamiliar, en las cuáles acusaba al padre de ejercer violencia en contra de ella de su hija, si bien en ninguna de las 4 denuncias se condenó al padre, se dictaron medidas cautelares que consistían en que él debía permanecer a 200 metros de su hija y la madre. Algo bastante irrisorio, puesto que el padre iba a buscar a su hija a la casa de la madre y frecuentaban el mismo centro social.
Lo que me conmovió enormemente, fue ver como un psicólogo se encargó a lo largo de estos 3 años de enviar informes al tribunal señalando que la figura del padre le causaba ansiedad a la niña y que había que evitar todo tipo de contacto con él. El padre asistió a un par de sesiones con él, pero fue ignorado por este profesional y pese a los múltiples emails que envío tratando de agendar reuniones para asistir a terapia, no fue escuchado por él.
Lo que me conmovió enormemente, fue ver como un psicólogo se encargó a lo largo de estos 3 años de enviar informes al tribunal señalando que la figura del padre le causaba ansiedad a la niña y que había que evitar todo tipo de contacto con él. El padre asistió a un par de sesiones con él, pero fue ignorado por este profesional y pese a los múltiples emails que envío tratando de agendar reuniones para asistir a terapia, no fue escuchado por él.
Este caso presentaba una situación bastante compleja, que era el complejo de Electra de la madre de la niña con su padre. Ella se encargaba de alejar al padre de todas las actividades de la niña, por ejemplo de asistir a sus galas de danza a fin de año, actividades extra-curriculares e incluso no le avisó el día que la pequeña ingresó a primero básico. En su lugar, era el abuelo materno quien asistía a todas estas actividades, parecía ser que la madre buscaba a toda costa borrar algún vestigio de la figura paterna y reemplazarla por la figura del abuelo.
Si bien en una causa anterior el padre había logrado que se fijara un régimen comunicacional, este era incumplido por la madre sin ningún tipo de reparo, se hizo presente en los tribunales la cantidad de incumplimientos mediante diversos escritos y si bien se lograron apercebimientos para que la madre cumpliera, nunca fueron efectivos.
Esta situación conllevaba un desgaste emocional del padre muy grande, puesto que la madre contaba con el apoyo de una amiga abogada que la asesoraba legalmente sin tener la voluntad de poder llegar a un acuerdo. Parecía que esto iba a ser un cuento de nunca acabar, la madre respaldada por su familia y su amiga tenían como misión alejar a la niña de su padre argumentando que este era un "agresor", sin embargo no había ningún examen psicológico o psiquiátrico que diera cuenta de que el padre tenía realmente algún problema; eran meras acusaciones basadas en el despecho de la madre, e insisto, respaldada especialmente por su padre, el cuál insistía en tomar el rol de padre en vez de su rol de abuelo.
Una vez más, el escenario era complejo, teníamos a una niña vulnerada por su madre y su grupo familiar quienes pretendían alejarla del padre a toda costa, haciendo uso de sus influencias habían logrado su cometido por tres años. Por otro lado, teníamos a un padre acusado de ser un "agresor" sin medio de prueba alguno y el cuál voluntariamente había ingresado a terapia a fin de demostrar lo falso de las acusaciones que le realizaba la familia de su ex pareja, mediante el informe psicológico que fue emitido por su psicóloga tratante, el que tuve la oportunidad de leer, señalaba que el padre debido a la presión que le causaba esta situación estaba mas irritable de lo normal y claramente sufría un cuadro de angustia por estar alejado de su hija.
El día anterior a la audiencia nos reunimos con un abogado especializado en vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes y nos planteó una solución bastante interesante.
En primer lugar, el psicólogo que estaba tratando a la niña debía informar la razón de dicho tratamiento y por qué había durado 3 años (¿no les parece un poco extraño que una niña asista por este lapso de tiempo a terapia una vez a la semana?)
En segundo lugar, que el padre, la madre y la niña asistirían conjuntamente a terapia, a fin de acreditar si el padre era o no un agresor... de esta manera si él presentaba algún problema psicológico que pudiese llegar a ser perjudicial para la niña tendría la posibilidad de remediar esto y dejar de ser pre-juzgado por la madre y todas las personas que la respaldaban.
Afortunadamente, se pudo llegar a un acuerdo el día de la audiencia y la estrategia que planteó el abogado el día anterior fue acogida por el tribunal. No olvidaré cuando iba bajando de la sala de audiencia (ya que ese día teníamos otra audiencia a la misma hora y no pude estar presente) y ver la emoción en los ojos del padre mientras conversaba con el otro abogado. Me quedé pensando ese día que en menos de dos semanas habíamos logrado que dos padres restablecieran el vínculo con sus hijos y pensé que sería bastante interesante dar a conocer esta segunda historia de Amor de Padre.
Afortunadamente, se pudo llegar a un acuerdo el día de la audiencia y la estrategia que planteó el abogado el día anterior fue acogida por el tribunal. No olvidaré cuando iba bajando de la sala de audiencia (ya que ese día teníamos otra audiencia a la misma hora y no pude estar presente) y ver la emoción en los ojos del padre mientras conversaba con el otro abogado. Me quedé pensando ese día que en menos de dos semanas habíamos logrado que dos padres restablecieran el vínculo con sus hijos y pensé que sería bastante interesante dar a conocer esta segunda historia de Amor de Padre.
Me contacté con él vía email, le envié el link de la nota anterior y aceptó gustoso a que escribiera su historia.
Espero haber podido transmitir la emoción de este padre mediante este pequeño relato y les dejo un vídeo para ilustrar esta segunda nota de Amor de Padre.
Debo decirlo, harto perra (y en el mal sentido) la madre. No sé cómo hacen este tipo de cosas, si se terminó se digna y no una harpía, me alegro mucho que tu caso saliera bien.
ResponderEliminarQuerida, tratemos de cuidar el lenguaje para referirnos a los sujetos involucrados por favor. Sé que causa mucha rabia e impotencia este tipo de situaciones pero hay que tratar de verlo con la cabeza fría y pucha que es complicado a veces...
EliminarNo puedes escribir de una persona que no conoces si averiguaras un poco mas de este tipo borrarias todas esas cosas bonitas jajaja.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarLamentamos profundamente debido a nuestra linea editorial, que en artículos donde se resguarda el nombre de las partes involucradas por respeto a su dignidad, se vean afectados por comentarios anónimos, que sin duda alguna, no representan el pensamiento de be bloggera, este blog no avala este tipo de conductas de parte de los usuarios"
EliminarAtte Be Bloggera
La pura y santa verdad!!
EliminarLa pura y santa verdad!!!!
EliminarMi lucero brillante; en cada vez que el sol descanse sea tu fiel luz la que me acompañe siempre. mhurtado
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